martes, 15 de junio de 2010

Sin Robben no hay paraíso

Johannesburgo, Sudáfrica

Holanda fue superior a Dinamarca, como se esperaba. Por propuesta colectiva y por individualidades, el fútbol tulipán está varios peldaños arriba del danés. Sobre la cancha del Soccer City hubo dos puestas en escena en las antípodas: la del ganador, ofensiva, con el arco contrario entre ceja y ceja; y la del derrotado, defensiva y limitada incluso cuando el desnivel en el marcador, en los inicios del segundo tiempo, invitaba a un sacudón.

La pelota se tiñó de naranja en un estadio casi repleto y la gente disfrutó del juego atildado y vistoso de los Snejder, Van der Vaart, Van Persie y compañía. El dominio fue abrumador pese a encontrarse con un rival que redujo su bloque y lo mantuvo siempre muy cerca del arquero Sorensen. No sobraban los espacios en la última franja del terreno, pero tampoco los holandeses tuvieron el cambio de ritmo necesario para desequilibrar. Faltaba una pieza: Arjen Robben.

El Mundial todavía tiene que ver a esta Holanda con Robben para hacerse una idea más fidedigna de su potencial. Sin el hombre del Bayern Munich, en pleno proceso de recuperación después de sufrir una lesión muscular en el último encuentro preparatorio, cualquier lectura resultará incompleta.

Bert Van Marwijk, sucesor de Marco Van Basten como seleccionador de los Países Bajos, estructuró un mediocampo con De Jong y Van Bommel como alcabalas y Snejder en el rol de conductor. Van Persie ofició de nueve, una demarcación para la que está capacitado pero en la que padeció la ausencia de un compañero que desbordara por los extremos. Al atacante del Arsenal le sienta mejor moverse en espacios más amplios que los que puede tener si se fija entre los dos centrales rivales. Su tendencia, ayer, fue moverse desde el centro hacia la izquierda, un hábitat en el que se halló más cómodo.

Con Robben, Holanda contará con un factor de desconcierto, de preocupación constante para las defensas contrarias y de mayor pegada; sin él, puede convertirse en una versión inocua. No tendrá dificultades para superar la fase de clasificación porque es el mejor de su grupo. Pero a partir de octavos, la jerarquía y el carácter pasarán a ser determinantes.