lunes, 28 de diciembre de 2009

Ficción y realidad


Lo que sigue constituye un episodio de ficción. Caracas y Táchira definen en el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal al campeón de la temporada 2011. El canal de televisión que adquirió los derechos para transmitir el torneo local preparó un dispositivo especial de producción, con más cámaras que nunca para captar cada detalle y la novedad de la Alta Definición, cuyo estreno en un evento deportivo nacional funcionó como disparador para aumentar el interés de la audiencia, notoriamente incrementada en el último año.
Las negociaciones entre la Federación y la nueva cadena audiovisual que se propuso sacar al fútbol local de la clandestinidad, derivaron en un acuerdo histórico por los montos que se manejaron y por lo surrealistas que fueron sus entretelones. Amparados en el anterior pacto establecido con la TV, los dirigentes pidieron “el oro y el moro” por un producto devaluado y sin garantías de retorno económico, utilizando como señuelo el as que desde hace un tiempo esconden debajo de la manga: la Vinotinto.
El contrato, cuya firma tuvo la pompa que un momento así demandaba, estableció una suma ingente por la exclusividad del evento, que incluyó la puesta en el aire de los dos mejores partidos de cada fecha; el registro íntegro del resto de los encuentros de la jornada y un programa dominical, en prime time, con resúmenes, análisis, entrevistas y debates acerca de lo ocurrido en la recién concluida calenda. A cambio, la empresa televisiva se abrogó el derecho de participar en la configuración de los calendarios y la determinación de los horarios más convenientes para los televidentes, así como el compromiso federativo de reducir a doce el número de equipos de la primera división, en un plazo de tres años.
La irrupción de un consorcio trasnacional con experiencia en el manejo y proyección del fútbol produjo un cisma en las anquilosadas estructuras federativas, que por fin tomaron el camino tantas veces esquivado de la modernización. Al amparo de los dólares frescos que comenzaron a llegar a sus arcas, se creó una división independiente para la organización de la liga local, comandada por un pool de especialistas en distintas áreas cuya tarea fundacional consistió en fijar nuevas condiciones de participación para los clubes, que pasaron a ser socios de una organización común, con derechos y obligaciones inalterables.
Cada nuevo integrante del clan será escrutado minuciosamente por el órgano recién creado, para evitar la llegada de capitales de dudosa procedencia y galvanizar la estabilidad del resto. Con los conjuntos ya establecidos se marcó un plazo de saneamiento y pautas muy específicas a cumplir para ganarse el derecho a participar de un campeonato que les ofreció beneficios económicos de entrada, amén de asesoría en materia de comercialización, seguridad y merchandising
Los escenarios fueron mejorados y no se llevaron cámaras a lugares que no ofrecieran condiciones óptimas. Así pudo evitarse el efecto contraproducente de transmisiones con fondos lúgubres, gramados en mal estado y ese decorado de atraso e indolencia de algunos estadios venezolanos. Por primera vez los noticiarios deportivos de las principales cadenas internacionales de televisión mostraron los mejores goles de la fecha en Venezuela, abriendo una ventana clausurada hasta entonces por el óxido de la estrechez de miras.
La atmósfera planteada estará tan cerca o tan lejos de la realidad como marque la visión de quien decide el futuro del fútbol nacional. Al fin y al cabo, como bien se demuestra en cada ejercicio creativo original e inteligente, ficción no es sinónimo de mentira.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Vergüenza incentivada


Una llamada entre futbolistas puede ser el vaso comunicante para establecer la negociación. Otras veces, el pacto se lleva a cabo entre dirigentes quienes, a su vez, trasladan la oferta al plantel. Cuando los campeonatos entran en sus fases decisivas, la incentivación aparece como un secreto a voces que alimenta rumores y sospechas. Como el dinero no puede justificarse en los libros de contabilidad, el maletín oficia como metáfora de la recompensa que será más o menos sustanciosa en razón del tamaño de lo que esté en disputa, o del potencial económico que tenga el interesado. Con la doble moral como bandera, el medio condena la trampa de arreglar un marcador pero no ve con malos ojos que circule dinero si es “para ganar”.
La hipocresía se traslada a los escasos debates mediáticos que el tema produce y pocos se animan a ponerle nombre al conflicto ético que del tema se deriva. El sentido común plantea, empero, una verdad incontestable: es tan moralmente reprobable ofrecer o aceptar prebendas para lograr un triunfo, que hacerlo para alterar un resultado.
El martes pasado, en las páginas de este mismo diario, Cristian Casseres (delantero del Deportivo Italia que perdió la posibilidad de obtener el torneo Apertura después de caer como local ante Unión Lara en la fecha final) declaró que su equipo tuvo dificultades al enfrentar a un rival que saltó a la cancha “motivado por un incentivo extra que seguramente tuvo para ganar o empatar”. A lo que  añadió: “Y está bien, eso es lo normal y los jugadores lo sabemos. Así que es lógico que Caracas o Táchira lo hayan hecho, como nosotros lo pudimos hacer en la pasada jornada con Zulia y Llaneros”.
En países como Argentina o España, por citar un par de ejemplos, manifestaciones como las de Casseres habrían motivado una investigación. Los reglamentos de ética y disciplina de sus asociaciones tendrían penas estipuladas para todos los implicados, de hallarse pruebas que ratificaran sus señalamientos. Sin embargo, la Federación Venezolana de Fútbol no contempla amonestaciones para este tipo de conductas, contribuyendo al malentendido desde la complicidad de la letra no escrita.
El Reglamento de Transgresiones y Penas de la Asociación del Fútbol Argentino puntualiza, en sus artículos 74 y 181, los castigos tanto para clubes (de 4 meses a 2 años de suspensión) como para futbolistas (de 6 meses a 3 años de inhabilitación) que sean hallados responsables de incentivación o recompensa ilegítima. Los enunciados no dejan lugar a equívocos cuando censuran los ofrecimientos “que tengan por finalidad estimular su empeño en el juego para que el resultado del partido beneficie a un tercer equipo en la tabla de posiciones”.
En el caso de la Federación Española, el código disciplinario que la rige contempla en su artículo 82 (Incentivos extradeportivos), suspensiones y multas para todos los involucrados en “la promesa o entrega de cantidades en efectivo o compensaciones evaluables en dinero por parte de un tercer club como estímulo para lograr obtener un resultado positivo, así como su aceptación o recepción”.
Rafael Esquivel, presidente de Fevefútbol, ocupa una de las vicepresidencias en la Comisión Disciplinaria de la FIFA. Una paradoja si se atiende al vacío que, respecto al tema, tiene  el Código de Ética de la institución a la que dirige desde hace más de dos décadas. La credibilidad del torneo local, en tiempos en los que el negocio turbio de las apuestas ilegales gana espacio en el mundo del deporte, debe preservarse de hecho y de derecho.
No hay pena para castigar el vicio, aceptado tácitamente, de la estimulación a terceros. Ni vergüenza de quienes lo practican para admitirlo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

El premio y la recompensa


Que César Farías haya sido reconocido como el entrenador más destacado de 2009 por el Círculo de Periodistas Deportivos de Venezuela, constituye un acto de justicia. La clasificación del seleccionado sub 20 al Mundial de Egipto y la positiva performance del equipo nacional en esa competencia fueron los eventos de más trascendencia que vivió el deporte de este país en un año que ya se extingue.
La actuación de la mayor también fue auspiciosa al culminar el ciclo eliminatorio con el puntaje más alto en la historia de los premundiales. Diluido ya el mal recuerdo del partido ante Paraguay en Puerto Ordaz, en el que la falta de actitud y las ventajas de preparación acabaron con el sueño de estar en Suráfrica, los méritos de Farías no dejan espacio para objetar su trabajo. Sí para que se reabra el debate respecto al estilo, las carencias puntuales de juego y la relación cuerpo técnico-medios de comunicación, en un ámbito sano de discusión que pueda añadirse a lo que el preparador y la dirigencia visualizan para 2010.
El que viene será un año de Copa del Mundo y al contrario de lo que ocurrió en ciclos anteriores, la prioridad debe fijarse en la tramitación de compromisos ante selecciones clasificadas para la cita universal. Muchas buscarán rivales del perfil de Venezuela que les hagan de sparrings para preparar su participación en el mundial. El primer semestre solo tiene programada una fecha FIFA (3 de marzo), pero a partir del 16 de mayo –tope establecido para la liberación definitiva de los jugadores por parte de sus clubes–  habrá oportunidad de entrar en las agendas de puesta a punto de algunos de los conjuntos con boleto comprado a Suráfrica.
La idea expuesta por el seleccionador nacional en sus más recientes declaraciones, respecto a completar el reemplazo generacional iniciado en su ciclo, es un acierto. Farías asumió riesgos con la incorporación de elementos bisoños en fases de alta exigencia competitiva y los resultados avalaron su apuesta. Que en 2010 se incorporen nuevas piezas y se pueda seguir depurando el grupo, luce una medida atinada en el que será un período plácido para el estratega, alejado de las presiones propias de las confrontaciones oficiales.
Pero por encima de esos factores, todos lógicos e indiscutibles, habrá que pensar también en cómo acabar de consolidar la idea de funcionamiento que el timonel persigue desde que asumió el cargo en enero de 2008. El “sello Farías” aparece aún como un concepto inacabado desde la perspectiva del juego. Ese aspecto –que en nada tiene que ver con la estética sino con la eficacia–  es la pieza que falta para que la Vinotinto tenga una bitácora clara sobre la cual navegar segura, especialmente en sus choques en casa, cuando su condición actual la obliga a proponer.
Mejorar la relación con los medios es también una materia sobre la que no se ha podido hallar una solución satisfactoria. La falta de caminos comunes entre aquello que los miembros del cuerpo técnico requieren como condición para ejecutar su labor y las necesidades periodísticas (entendidas como vínculo entre la selección y la gente) produce colisiones constantes, polarización conceptual y desequilibrio en el trato con los comunicadores. Ese elemento, que no figurará en ningún papel, tendría que ser una prioridad.
En 2011, año de Copa América e inicio de las eliminatorias para Brasil 2014, el panorama será novedoso. A Farías se le requerirá un torneo continental de alto vuelo y será el primer entrenador venezolano al que se le exija, con todas las letras, la clasificación al mundial.
Hoy es el momento de disfrutar el premio. Para que haya recompensa, los buenos propósitos tendrán que trascender el discurso.  

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los cuatro metros de Nelson


Visitar la celda de Nelson Mandela en la antigua prisión de Robben Island, declarada por la Unesco patrimonio histórico de la humanidad, conmueve y moviliza sensaciones profundas. En la sección D del otrora recinto carcelario, un patio de gravilla sirve de antesala al largo y lúgubre corredor por el que muchos de los presos políticos del apartheid pasearon la desdicha de la condena y se aferraron a la esperanza atemporal de la libertad. Otros simplemente salieron de la isla muertos.
Los cuatro metros cuadrados en los que el premio Nobel de la Paz de 1993 purgó 18 de sus 27 años de presidio, representaron durante décadas el sueño de reivindicación de la Suráfrica negra, oprimida y desplazada por una clase dominante que se ganó el repudio del mundo. En ese espacio permanecen intactos los recuerdos: el pequeño taburete de madera con un plato y un pocillo de latón, en el que el líder apoyaba sus libros; un tobo metálico rojo para atender la pulsión de los esfínteres, y la esterilla de algodón sintético, de no más de 2 centímetros de espesor, arrinconada junto a un par de mantas contra una de las paredes. Mandela siempre recuerda el frío de aquella recámara en el invierno y lo mucho que le costaba arreglárselas para hacer ejercicio allí.
El rugby fue para el líder surafricano un elemento de unificación y el mejor reclamo para venderle a sus connacionales la idea de la coexistencia pacífica. Como bien refleja John Carlin en su libro El factor humano, la victoria de los Springboks en la final del campeonato mundial de 1995, representó un giro en la convivencia de un país profundamente polarizado.
15 años después, será el Mundial de fútbol de 2010 el que acabe de completar el ciclo reconciliador, abriendo definitivamente las puertas de Suráfrica al resto del orbe. Mandela podrá presenciar orgulloso cómo aquellos escasos metros de su prisión en Robben Island se expanden al 1.219.912 kilómetros cuadrados de su territorio. De Ciudad del Cabo hasta Polokwane, de Durban a Rustemburgo, de Johannesburgo a Pretoria, la Copa hará que el sur del continente negro deje de ser una entelequia.
Entre junio y julio del próximo año, en los cuatro metros de Nelson cabrá el planeta entero.


* Columna escrita desde Ciudad del Cabo, Suráfrica, como parte de la cobertura que el diario El Nacional hizo del sorteo de la Copa del Mundo.
 

viernes, 4 de diciembre de 2009

El valor de lo que no se sortea


Carlos Salvador Bilardo, secretario técnico de la selección argentina, sabe lo importante que es asegurarse un buen lugar de concentración para ganar un Mundial. Cuando en 1985 se hizo la distribución de las series para México 86, Bilardo tenía una red de contactos y delegados en todas las sedes posibles para ser el primero en reservar el bunker que había escogido para su equipo. En aquella ocasión eligió la ciudad deportiva del club América en la capital mexicana y acabó dando la vuelta olímpica en el estadio Azteca. Cuatro años más tarde garantizó para la Albiceleste el predio de la Roma en Trigoria, abonando el camino hacia el subcampeonato en Italia 90.
El propio Bilardo viajó a Suráfrica, en una escala previa a su presencia en el sorteo de este mediodía, para contratar las instalaciones de la Universidad de Pretoria, donde se instalarán los dirigidos por Diego Maradona. Por otro lado, Vicente Del Bosque sueña con hallar en la tierra de Mandela un reducto similar al que tuvo Luis Aragonés en Austria durante la última Eurocopa. Los jugadores españoles, cuya base exitosa repetirá en la Copa de 2010, alabaron el trato recibido en la ciudad tirolesa de Neustift y lo señalaron como un factor de peso en la conquista de la corona hace un par de años.
Otros preparadores están a la espera de lo que decida el azar en la ceremonia de los potes y las bolitas antes de definir el sitio en el que montarán su cuartel general. El uruguayo Oscar Washington Tabárez no tiene nada determinado aún para la Celeste, y Marcelo Bielsa, estratega de Chile, no viajó a Ciudad del Cabo como tampoco lo hizo hace ocho años a Busán, en Corea del Sur, pero dirigentes australes y el preparador físico Luis Bonini, se ocuparán de cumplir con los requerimientos del timonel para no ceder espacios.
Hacerse con un predio que garantice tranquilidad, buenas instalaciones deportivas y confort, puede resultar vital en el objetivo de alcanzar las metas más altas. Suráfrica no es un país que ofrezca abundancia de infraestructura en toda su geografía, por lo que las grandes ciudades centrarán los requerimientos.
A partir de mañana, la carrera por el Mundial dará su voz de partida. Aquellos que logren los mejores puestos de largada, correrán con ventaja.

* Columna escrita desde Ciudad del Cabo, Suráfrica, como parte de la cobertura que el diario El Nacional hizo del sorteo de la Copa del Mundo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El norte y el sur de la FIFA


Con una visión cínicamente eurocentrista, la FIFA reproduce en su funcionamiento el modelo empresarial propio de las multinacionales, cuyos intereses fluyen en la misma dirección que la de los capitales: de norte a sur. El punto cardinal que domina está representado por Europa y su enorme poder económico, y la periferia por aquella parte del orbe que genera menos recursos. Así, desde el máximo organismo del balompié universal se asume que las prioridades deben apuntar hacia la preservación de ese status quo que fortalece y consolida su negocio.
En la sala de prensa de Ciudad del Cabo se reproduce el esquema: el horario para los periodistas establece el cierre a las 6 de la tarde, cómodo para los europeos pero absurdo para los latinoamericanos, que deben abandonar el único centro de información disponible y emigrar hacia los hoteles para continuar con su labor.
El tercer mundo del fútbol vale para el mantenimiento de las cuotas de poder de quienes manejan al deporte, pero apenas cuenta en la distribución real de los beneficios. Hace mucho tiempo que a la FIFA dejó de interesarle el papel del periodismo como propagador de su producto: la prioridad se centra en los grandes patrocinadores y los consorcios televisivos capaces de desembolsar millones de dólares por los derechos de transmisión de la Copa del Mundo. Para el resto, migajas.
Desde Europa se maneja todo en el mundo del balón. Son los países del Viejo Continente los que más cupos reciben para participar en la fase final del Mundial, independientemente de los méritos deportivos y la calidad real de sus ligas. Y son también sus empresas de comunicación las que tienen prioridad en el reparto de las acreditaciones y ubicaciones de prensa en los estadios. Se puede montar el circo mundialista en cualquier confín del globo terráqueo siempre y cuando esté garantizado el beneficio de todo el establishment. La idea del “desarrollo global” puede estar cargada de muy buenas intenciones, pero detrás de cada designación para organizar la cita de cada cuatro años, hay empresas que aportan sumas jugosas y alimentan al monstruo de Zurich.
“Suráfrica es posible” reza el eslogan local. En el sur del continente menos favorecido del planeta, el norte le hace muecas a la igualdad.
* Columna escrita desde Ciudad del Cabo, Suráfrica, como parte de la cobertura que el diario El Nacional hizo del sorteo de la Copa del Mundo.
 

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Aquí late un nuevo corazón


El camino que conduce del aeropuerto al centro de Ciudad del Cabo muestra el enorme contraste de un país que avanza con firmeza hacia el desarrollo, al tiempo que fortalece la convivencia y la tolerancia entre sus ciudadanos, marcados por atávicas diferencias raciales. Las barriadas que circundan la moderna autopista que se abre paso entre montañas escarpadas y un panorama casi desértico, derivan en una arquitectura opulenta de evidentes raíces holandesas levantada en las laderas de Signal Hill, el cerro que distingue a esta capital, la más antigua de Suráfrica.
El Atlántico se revela ante los ojos del visitante con una fuerza inusitada y Robben Island (la isla en cuya prisión Nelson Mandela pasó 18 de los 27 años que estuvo privado de su libertad) aparece en el fondo de esa postal natural que evoca a Rio de Janeiro. Antes de llegar a la zona de Waterfront, el núcleo financiero y gastronómico en el que se alza el Centro Internacional de Convenciones, la vista se desvía hacia el hospital Groote Sur, el mismo en el que el doctor Christiaan Barnard realizó el primer trasplante de corazón.
La amabilidad y el trato cálido suavizan el agotamiento del viaje interminable, aunque en la comunicación haya que aguzar mucho el oído para comprender ese inglés con tono británico e inflexiones indescifrables que también forma parte del paisaje local. En Suráfrica existen 11 idiomas oficiales, incluyendo el afrikaans, la lengua de quienes regentaron el poder político en tiempos del apartheid y que hoy siguen controlando el económico.
La sensación de Primer Mundo se percibe en los paseos por la zona portuaria y en los lujosos hoteles que rodean el casco central, pero el contraste surge y le da un toque tropical en los arreglos de última hora o las aventuras peatonales en los cruces de las calles, pasando por alto semáforos y zonas rayadas con absoluta naturalidad.
Ocho encuentros de la Copa del Mundo se disputarán aquí, incluyendo una de las semifinales. El entusiasmo se transmite con afiches y campañas publicitarias que hablan de una nación renovada, feliz por acoger a miles de visitantes entre junio y julio de 2010. 42 años después del hito científico de Barnard, que mañana vivirá un nuevo aniversario, en Ciudad del Cabo late el nuevo corazón de Suráfrica.
* Columna escrita desde Ciudad del Cabo, Suráfrica, como parte de la cobertura que el diario El Nacional hizo del sorteo de la Copa del Mundo.