Johannesburgo, Sudáfrica
La FIFA nombró a Cristiano Ronaldo “Jugador del Partido” tras el Portugal-Costa de Marfil que inauguró el grupo G. Un exabrupto. Al número 7 luso no le sobraron detalles de crack, salvo cuando estrelló en el palo un remate de media distancia. Fue a los 10 minutos del primer tiempo. Los otros 80 resultaron anodinos para él y su selección, consumida por la buena aplicación defensiva y la mayor ambición marfileña.
No fue un buen debut para Portugal, sobrepasada por las expectativas, plana en el juego y sin municiones para percutir sobre su rival. El nombre de Cristiano, capitán y referente, deslumbra; a su plantel, empero, le faltan futbolistas que marquen distancias. Se atavía con el ropaje de un jefe, pero esconde en el armario la percha con la indumentaria del oficinista.
A Costa de Marfil le costó el regreso al Mundial después de estrenarse en Alemania 2006, eliminado en primera ronda. Sven Goran Eriksson armó un equipo compacto, hecho a la medida de su paladar, con mucha gente detrás de la línea de la pelota y transiciones explosivas para aprovechar la velocidad de los tres hombres que puso al frente: Kalou, Dindane y Gervinho. Los dos primeros fueron aleros en ataque y prolongación de los laterales para ocupar los costados en defensa. Un dibujo que no tuvo fisuras.
Gervinho, muy a pesar de los gustos de la FIFA, fue el mejor sobre el césped del estadio Bahía Mandela en Port Elizabeth. A Liedson, el ariete portugués, le vendría muy bien un video que resuma los movimientos de Gervinho: movilidad constante para ofrecerse y buscar las franjas libres; maniobras de distracción para permitir la llegada de extremos y volantes; frialdad en el área para elegir la mejor opción. Todo un manual de buen delantero que engrandece el papel de alguien cuyo apellido adorna la camiseta del modesto Lille francés.
Didier Drogba jugó los últimos 25 minutos del choque y Portugal acabó pidiendo la hora con el talismán africano bufando en las zonas de definición. Cristiano Ronaldo se quedó con los honores de la FIFA. Para Costa de Marfil, el punto sumado ayer puede que le permita recibir el galardón que vino a buscar a Suráfrica: la clasificación a octavos.