Johannesburgo, Sudáfrica
España cuenta con una generación competitiva. Los complejos de antaño quedaron aparcados por un grupo de futbolistas habituado al éxito en sus clubes. Hace un par de años, en la Eurocopa de Suiza y Austria, demostró que puede ganar. Adoptar un estilo que prioriza el buen pie fue un descubrimiento. Y la coherencia en la elección de los ejecutantes para corresponder a ese ideario le dio vida a volantes habilidosos que hicieron caduco el concepto de la Furia.
Ubicarse entre los cuatro primeros en Suráfrica 2010 después de 60 años representa un logro histórico. David Villa es el goleador del torneo y el jugador más determinante del Mundial. El miércoles, en Durban, enfrentará a Alemania, la selección que mayor impacto ha causado y maravilla con su funcionamiento. De allí que surja el lógico traslado de escenarios para analizar sus posibilidades de disputar la final del 11 de julio. La pregunta es: ¿ha jugado bien?
Contra Paraguay, España disputó el duelo más difícil en lo que va de campeonato. Por lo que la complicó y por cómo desnudó sus puntos débiles. Vicente Del Bosque no ha podido hallar la solución para que la mitad de la cancha tenga fluidez. Apartando la clara falta de ritmo de Fernando Torres, la ausencia de movilidad le ha restado velocidad de circulación y la ha hecho previsible. Los rivales le adivinan los movimientos, anticipan a los posibles receptores y le quitan precisión. Gana, es cierto, y eso la valida. Pero para superar el próximo escollo debe reencontrarse con el nivel que la colocó en lo más alto en 2008.
En eso el Barsa podría darle a Del Bosque algunas pistas. El técnico ha demostrado tino y lucidez en los cambios, pero aún le queda por tomar la decisión más importante: sentar a Torres. Guardiola colocó a Messi detrás del nueve, varió su dibujo para dejar atrás un preocupante bache de juego a mitad de temporada y potenciar a su figura. Ya sabemos cuál fue la consecuencia.
¿Cesc Fabregas detrás de Villa en el arranque ante Alemania? En ese movimiento podría estar la clave para que España pueda convertir el sueño de la final en un hecho tangible.