El diseño de un equipo engloba múltiples factores. Quien dirige a un club debe adaptar su modelo de juego, y los sistemas que elija para ejecutarlo, en base al perfil de futbolistas con el que cuente. Muchas veces esa condición moldea de forma rígida la manera de encarar los partidos, en otras la puede flexibilizar si la plantilla es rica y permite establecer distintos registros.
Los seleccionadores tienen una ventaja: las convocatorias representan en sí mismas el nacimiento de un nuevo ciclo, una posibilidad renovada de estructurar el plantel de acuerdo a un objetivo claro. No hay directivos que impongan ni gerentes que tomen malas decisiones al fichar. La responsabilidad les pertenece de forma absoluta y el camino para definir los nombres suele despejarse en la medida en que los procesos se cimentan con el tiempo y los resultados como aliados.
Darle empaque a una citación para un choque de eliminatorias o una competencia oficial no implica escoger a los mejores, como reza el tópico. Claro que los de más jerarquía y nivel estarán, pero tratándose de un llamado que incluye a eventuales titulares y a más de una decena de suplentes, la planificación conlleva a considerar razones que exceden al entendimiento del aficionado. De allí que siempre habrá polémicas cuando falta algún apellido ilustre que el hincha cree imprescindible.
Venezuela encarará una fecha atípica en el premundial. Como está eximida de competir el 12 de octubre (fecha libre por la ausencia de Brasil) cuenta con el factor a favor de disponer de más días de preparación, menor desgaste y la posibilidad de trabajar con el once base que esté en la cabeza del DT por un espacio prolongado de tiempo. Los riesgos de lesión son menores y no se competirá con la presión de desconocer qué elementos pueden causar baja por acumulación de tarjetas amarillas o expulsiones.
A partir del conocimiento de todas esas variables y el estudio del rival, se van identificando las fichas y se comienza a planificar la puesta a punto. El planteamiento es establecido mucho antes de iniciar la concentración y cada uno de los miembros del cuerpo técnico le da forma a su labor siguiendo este mapa de ruta. Como las tareas se complementan, una vez se determina el plan global todo lo demás fluye naturalmente.
Pero el entrenador debe ver más allá de los titulares que tiene en mente. Proyectar todas las variables que puede presentar en un encuentro de alta competencia es fundamental para estructurar al grupo de seleccionados. Qué cambios pueden ser útiles en cada escenario de partido. Quién puede funcionar como catalizador ante una defensa cerrada y el marcador en contra. Cuáles son los más aptos para amarrar una victoria, defenderse con la posesión o darle fluidez al juego en momentos en los que se pierde el control de la pelota.
César Farías armó una lista de 25 futbolistas ahora reducida a 23 por las incomparecencias de Tomás Rincón y José Manuel Velásquez, ambos lesionados. Respetando el núcleo central, las decisiones para completar la nómina se toman como respuesta a esas interrogantes.
¿Qué hacer cuando sobran las posibilidades y escasean los cupos? Allí es donde el momento deportivo, los antecedentes y la propia intuición del timonel actúan como filtro decantador.
Los ciudadanos eligieron ayer entre dos opciones al próximo Presidente de los venezolanos. En 8 días, la elección del seleccionador tendrá más alternativas, pero también paralizará al país.
Columna publicada en el diario El Nacional (08/10/2012)