lunes, 9 de abril de 2012

La vigencia del fútbol total

Sandro Modeo, periodista, ensayista y divulgador científico italiano cuya firma es habitual en diarios como el Corriere della Sera o The Guardian, lanzó un interesante desafío reflexivo en su libro más reciente (El Barça ¿Por qué es el mejor equipo en la historia del fútbol? Edicions 62, 2012), publicado el mes pasado en su versión castellana. Lejos de valoraciones subjetivas, el autor define al equipo de Pep Guardiola como el prototipo mejor acabado del “fútbol total”, un concepto que tomó forma y trascendencia a partir de la inolvidable selección holandesa subcampeona del mundo en Alemania 74, dirigida por Rinus Michels. 

Modeo, un estudioso del proceso evolutivo del juego y de los personajes que generan cambios sustanciales en su esencia, firmó uno de los mejores trabajos escritos sobre la figura de José Mourinho (Mourinho, el entrenador alienígena. Planeta, 2010) en el que asociaba al personaje y su ideario con elementos de otras disciplinas como la filosofía, el arte o la antropología para contextualizar el legado de uno de los entrenadores más influyentes del presente.

Para quien el fútbol es solo un juego y no un hecho social de profunda trascendencia, es probable que la discusión se reduzca a una serie de lugares comunes y no pase al plano del pensamiento crítico. El discurso mediático banaliza y conduce el debate al terreno de la pasión. Reduce lo determinante a anécdota; lo vanguardista a discusión de café; aquello que le da un viraje a la historia a simple confrontación partidaria. La forma resuena más que la idea que la carga de sentido.

Con el rigor de quien estudia la cosmogonía futbolera con perspectiva histórica y visión multidisciplinaria, Modeo ubica al Barcelona en su contexto idiosincrático para luego diseccionar su ideario partiendo de definiciones puntuales como asociación, presión, fuera de juego, marca zonal, juego posicional o profundidad. A todas dedica una mirada retrospectiva que ubica a pioneros y perfeccionadores, analizando al tiempo sus obras y el peso que tuvieron en la concepción de modelos posteriores mejor acabados.

Es así como, además de Michels, aparecen personajes como John Renold, Vic Buckingham, Stefan Kovacs, Ernst Happel, Bill Shankly, Bob Paisley, Victor Maslov, Valeri Lobanovski, Raimond Goethals, Guy Thys, Arrigo Sacchi, Johan Cruyff, Zdenek Zeman Louis Van Gaal o Frank Rijkaard, todos técnicos visionarios que nutrieron de elementos novedosos al juego y rompieron el establishment con apuestas contraculturales. 

A cada uno le corresponde parte de la paternidad del moderno fútbol total –y, en gran medida, también del Barsa en tanto símbolo de excelencia de ese legado– sobre lo que Modeo termina por abrir, en un último capítulo que pretende dibujar el horizonte, una interesante mirada hacia el futuro de esta corriente conceptual.

Una de las conclusiones más interesantes a las que se puede llegar después de pasearse por las páginas de un título que pronto se convertirá en referencia para los estudiosos del juego, es lo cerca que están (más allá de sus propias personalidades y de lo que cada uno construye con su imagen), Mourinho y Guardiola, los dos preparadores que marcan el rumbo universal de sus colegas. Aunque puedan aparecer como polos opuestos, hay muchos más puntos de contacto entre ambos que antagonismos. Algo que, muy probablemente, quedará constatado una vez que pueda evaluarse su contribución sin el ruido que la visibilidad exacerbada les da a sus respectivas carreras.

Columna publicada en el diario El Nacional (9/04/2012)