lunes, 22 de febrero de 2010

La pulga y el piojo


El Caracas mostró en su reciente visita a la Universidad de Chile dos de los elementos que lo identifican en sus incursiones internacionales: la fidelidad a un estilo que le permite jugar con personalidad y manejarle la pelota al rival en su cancha; y, de forma paralela, la ausencia de jerarquía en lugares clave por un manejo gerencial poco acertado, que lo aleja de la verdadera trascendencia.
Los rojos llegaron a un punto de su historia en el que resulta obligatorio el siguiente planteamiento: mantener el club de “la pulga y el piojo”, suficiente para ganar los torneos locales y continuar clasificando a la Copa Libertadores, o asumirse como una institución moderna y con pretensiones reales de desarrollo, capaz de construir una estructura interna que se haga cargo de las áreas inexploradas hasta el presente.
En el primer caso, el fichaje de futbolistas de discreto cartel basta para sostener el objetivo. Para lo segundo, se requiere invertir a conciencia en la edificación de un auténtico cuadro grande. Los decacampeones no son hoy, en ese apartado específico, un conjunto muy diferente de aquél que adquirió Guillermo Valentiner por una cifra simbólica en 1988.
De la mitad de la cancha para atrás –y eso volvió a manifestarse en el partido del jueves pasado en Viña del Mar– el Caracas puede competir con cualquiera en una situación más o menos equilibrada. Del medio hacia adelante la realidad es otra: no hay jugadores que se distingan, que tengan genio y peso para definir los partidos. La solvencia y la mediocridad conviven en el armado de un plantel descompensado para asumir la Copa con las metas que exige su trayectoria.
Las mismas garantías que pueden ofrecer José Manuel Rey, Alejandro Cichero, Renny Vega, Franklin Lucena o Edgar Jiménez, contrastan con la inoperancia de Jesús Gómez, Alejandro Guerra, Rodrigo Prieto o Zamir Valoyes. Rafael Castellín o Darío Figueroa, cuya contribución en las glorias pasadas les otorga un crédito, no son elementos para sostener un proyecto que sobrepase el interés doméstico.
¿Alguien se habrá planteado en todo este tiempo lo que piensa Noel Sanvicente? Su responsabilidad en la estructuración del equipo es innegable, para lo bueno y para lo malo. Así como su capacidad está fuera de toda sospecha, resulta curioso que –bien sea por una cuestión de fidelidad institucional o por una característica propia de su carácter– apenas haya levantado la voz para exigir respaldo. Sí, respaldo de sus patrones en el armado de un grupo competitivo que, de paso, lo llene de motivaciones para encarar el día a día. ¿Puede un entrenador joven, que ha sido candidato a dirigir a la selección nacional, conformarse con seguir sumando estrellas al escudo bordado en la camiseta o ser motivo de inspiración en los cantos de su hinchada? ¿Le alcanzará con eso, por mejor recompensado que esté económicamente?
Sanvicente dotó al Caracas, en todos estos años, de una manera de jugar reconocible. Acumuló más resultados y trofeos que nadie, y en la versión de 2009 condujo a los suyos hasta los cuartos de final de la Copa Libertadores, logro inédito para la divisa. Lo lógico es que sus deseos lo lleven a pensar en hitos de más lustre, pero da la impresión de que en el club los sueños superan con amplitud la capacidad real para convertirlos en hechos tangibles.
A modo de parafraseo de la canción popular “ya no es por la gloria local, que ya la tenemos, ahora es la trascendencia internacional, dónde la hallaremos”. El camino para resolver el enigma parece muy claro. Dar el paso definitivo es una necesidad que ejerce presión constante sobre el equipo y su legado. Convendría asumirlo antes de que “la gata se coma al padrino”.

lunes, 15 de febrero de 2010

El olvido que no seremos


Cuando el Caracas enfrente este jueves a Universidad de Chile en el estadio Sausalito de Viña del Mar iniciará su décima participación en la Copa Libertadores, a la que llegó hace 17 años y de la que ya es un invitado permanente. Lo hará fuera de Venezuela, un escenario en el que solo ha podido ganar tres veces y empatar otras tantas en casi dos décadas.
Fue el 16 de febrero de 1993, en la cancha del Nacional de Lima y ante Sporting Cristal cuando los rojos jugaron, de la mano de Manuel Plasencia, el primero de sus 28 partidos como visitantes en la Copa. Para los seguidores de la actualidad, el episodio puede asemejarse a uno de esos retratos decolorados a los que el paso del tiempo convierte en sepia el tono luminoso de la memoria y el recuerdo.
Aquella noche de martes, en el último suspiro del verano limeño, Caracas escribió uno de los capítulos más lustrosos e inolvidables de su historia. El monarca venezolano se instaló con días de anticipación en el hotel Sheraton con el rótulo de víctima colgado en los titulares de la prensa amarilla local. La gran atracción era la presencia en su plantel del mundialista chileno Juan Carlos Letelier, que la campaña anterior había sido figura de Universitario de Deportes, rival enconado de los celestes de Cristal.
El día previo al choque un grupo de militares venezolanos exilados tras el fallido golpe del 92 se acercó al bunker del Caracas para conversar con los paisanos y solicitar entradas. Varios de esos hombres acabarían formando parte de los posteriores gobiernos de Hugo Chávez. El clima de entonces era más cercano a la solidaridad que al rechazo y así lo manifestaban en la intimidad algunos futbolistas afines a una causa que sentían reivindicadora.
En la charla técnica, celebrada en uno de los salones del Sheraton pocas horas antes de salir hacia el estadio, Plasencia condimentó sus últimas indicaciones con un discurso motivador y Letelier pidió la palabra para reforzar la arenga, pintado con los colores de una guerra a la que llegaba con el pecho forrado de medallas.
Caracas saltó a la cancha con todos sus referentes: César Baena, Miguel Echenausi, Salizu Ibrahim, y la dupla Gabriel Miranda-Gerson Díaz, acaso el mejor tándem que recuerde el fútbol venezolano. Decenas de simpatizantes de la U, junto al puñado de golpistas expatriados, se ubicaron detrás de uno de los arcos para alentar a los visitantes.
El primer tiempo terminó empatado a cero y los jugadores de Cristal se fueron a los vestuarios silbados. Pero las chiflas derivaron en un gélido silencio a los 11 minutos del complemento: Gerson –una especie de Andrés Iniesta actual, con menos duende y más gol– recuperó una pelota en la mitad de la cancha y buscó a su socio de siempre. Gabriel Miranda retuvo el balón con aquel garbo de crack que lo distinguía, giró sobre su derecha y vio a Salizu arrancar a sus espaldas. El pase fue preciso y el ghanés cambió de ritmo para llegar a la línea de fondo, en la cara izquierda del área, y servirle el 1-0 a Letelier justo antes de recibir la patada artera que le rompió la rodilla y le apagó la magia.
Cristal se lanzó con arrebato a buscar el empate. Los minutos finales encumbraron a Baena, que descolgó los innumerables centros que buscaron sin éxito la cabeza del argentino Horacio Baldesari. El festejo fue sentido pero cauto: tres días después Caracas debía medirse a Universitario en el mismo terreno, en un choque que perdería 4-1 con el primero de los 11 tantos que Gerson Díaz convirtió en la Libertadores.
Desde esta semana el Caracas podrá añadir colores a su particular retrato copero. Para eso, debe preservar el pasado glorioso contra el deterioro del olvido.

lunes, 8 de febrero de 2010

Golpe en la distancia


4 de febrero de 1992. Un grupo de periodistas suramericanos apura unas cervezas en la cálida madrugada asunceña. Las bromas provocan risotadas estruendosas que generan eco en los callejones. Chicho asa unos chorizos en una parrillera improvisada sobre la acera y es tal el sosiego que si alguno quisiera dormir unas horas tendido en el asfalto, podría hacerlo sin el peligro de que un carro lo arrolle. Es la Asunción del Paraguay de los primeros años post Alfredo Stroessner (sin toque de queda pero todavía llena de temores y costumbres atávicas heredadas de la dictadura) que por esos días organiza el torneo clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Barcelona.
Los pocos venezolanos acreditados se alojan en el hotel Gran Paraná, el mismo que sirve de concentración a la Vinotinto Sub 23 dirigida por Víctor Pignanelli. La selección había tenido un debut auspicioso ante el anfitrión días antes, en un partido que perdió 1-0 luego de que un penal cometido por Polín Páez-Pumar, a dos minutos del final, sentenciara la derrota. La noche del 3 Venezuela tuvo fecha libre, por lo que los jugadores siguieron la jornada del día por televisión.
En aquellas horas el país vivía momentos de tensión con el alzamiento militar que, liderado por el teniente coronel Hugo Chávez, intentó dar un golpe de Estado al gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. La noticia llegó al Gran Paraná antes de salir el sol y los mismos comunicadores que poco antes se divertían a un par de cuadras, recibieron las novedades en el lobby. Nadie pudo dormir. La incertidumbre y las escasas posibilidades de establecer contacto con familiares y afectos, incrementaban la sensación de angustia.
Los futbolistas y dirigentes se fueron enterando al despertar. La recepción se llenó de cámaras y reporteros que querían saber las impresiones de los miembros de la delegación. Cuando los teléfonos se activaron, las llamadas se cruzaron entre habitaciones. El timbre podía acercar la voz de un locutor en vivo o el pedido de un informador hambriento de primicias. Todo era muy difuso en aquellas primeras horas y a nadie le resultaba sencillo ofrecer una versión de los hechos que se construía con pedazos de verdad sazonados de imaginación.
Pasado el mediodía las calles ardían con un sol de justicia que rozaba los 42 grados. El aire acondicionado bramaba y las bebidas heladas eran consumidas con fruición mientras buena parte de los paraguayos iniciaba la sagrada hora de la siesta. Al tiempo que el “Por ahora” de Hugo Chávez recorría en imágenes el mundo, los seleccionados se preparaban para realizar su última práctica antes de medirse a Perú en el segundo choque del preolímpico.
El 5 de febrero la Vinotinto recibió tres goles en los primeros 20 minutos y a los 32 del segundo tiempo Stalin Rivas, figura de aquel cuadro, se hizo expulsar para acabar con su participación en el certamen. Dos días más tarde, la Colombia de Iván René Valenciano y Faustino Asprilla acabó con una primera mitad prometedora para triturar 4-0 y sentenciar la eliminación criolla.
El golpe verdadero llegó, sin embargo, la lluviosa noche del 9. Un gol de Edson Rodríguez a centro de Gerson Díaz le dio ventaja a Venezuela en su partido final ante Brasil, cuyos laterales fueron dos futuros campeones del mundo: Cafú y Roberto Carlos. Después de una falla eléctrica que mantuvo detenido el juego por un largo trecho, el Scratch sólo fue capaz de empatar y el 1-1 lo dejó fuera de los Juegos de Barcelona.
Mañana se cumplirán 18 años de la vez que un grupo de venezolanos, alzados en hombros y no en armas, celebró en la distancia un resultado histórico para el fútbol nacional. Como en aquella ocasión, la efeméride apenas será una anécdota.

lunes, 1 de febrero de 2010

El twitter del presidente


Twitter es la herramienta comunicacional de moda. Parece que el que no twittea vive apartado del mundo en tiempo real. Informativamente es un paria, pues. El novedoso elemento, consistente en una comunidad que genera o sigue a personas a través de mensajes que no pueden exceder los 140 caracteres, representa el súmmum de la inmediatez. Allí conviven desde cantantes y actores de Hollywood, hasta periodistas, personajes del mundo del deporte y gente anónima ávida de saber más de lo que sabe.
Confieso que no acabo de cuadrar del todo en la onda twitter. Siento un agobio indescriptible por ese frenetismo de informaciones y comentarios que van y vienen sin pausa. Sin embargo, admito que al recibir el pedido de un tal Rafael Esquivel para ser mi “seguidor” (sí, a pesar de lo dicho, también tengo una cuenta en Twitter) el asunto me puso en estado de alerta. Días más tarde, cuando el propio Esquivel a través de un comunicado de prensa de la Federación Venezolana de Fútbol aclaró que su identidad había sido usurpada, pasé del asombro a la hilaridad.
Más allá de lamentar el hecho de que el presidente de la Federación no twitee, me dije: “¿Qué pasaría si, al estilo de lo que hace Dave Hudgens, el manager de los Leones del Caracas, Esquivel formara parte de la colectividad twitera? ¿Cómo serían los tweets que recibiría?” Surgieron tantas opciones que lo mejor era ponerlas sobre papel. De ese ejercicio de ficción, brotó la siguiente página de inicio:
demoniorojo A qué dirección le enviamos el abono para el torneo Clausura? Queremos recibirlo como se merece (sin pancartas) y fumar la pipa de la paz.
maletinviajero La Federación hará un cambio en el código de ética para evitar los incentivos por ganar. Convocamos a marcha de protesta en Sabana Grande.
chchmiredal Apreciado Rafael: ¿es cierto que están planificando una nueva expansión para 2011? ¿Un campeonato con 20 equipos, como en Europa?
ratomirghanasiempre En Ghana presenté proyecto para levantar fútbol de ese país, con pretemporadas en invierno alemán. Me contestaron “váyase al baloncesto”.
muchachon Rafa, cómo le va? Gracias por aceptarme entre sus seguidores. Sabe cuándo licitarán los derechos de comercialización de la próxima eliminatoria?
elgerente RT @maletinviajero La Federación hará un cambio en el código de ética para evitar los incentivos por ganar. Convocamos a marcha de protesta en Sabana Grande
saragolazzurro Me gustaría que me dijese cuándo el Consejo de Honor va a decidir sobre nuestro reclamo. Queremos dar la vuelta olímpica.
elponja Lo felicito x el partido amistoso q’ consiguió contra Japón, toda una selección mundialista. Mantenemos a la Vinotinto en el extremo oriente.
lazaro RT @muchachon Rafa, cómo le va? Gracias por aceptarme entre sus seguidores. Sabe cuándo licitarán los derechos de comercialización de la próxima eliminatoria?
blatterforever Presi, q’ tal? Usted siempre a la vanguardia. Oí que el centro de entrenamiento estaría funcionando a mitad de año. De éste o del que viene?
futboldetodos Vendo franquicia de primera división. Interesados escribir a alcaldiadeturno@hotmail.com. Abstenerse empresarios solventes
cachichen Cómo hago para ver el próximo Caracas-Táchira? Vivo en Manzanares y aquí no llega Intercable. Sabe de alguna web pirata que suba la señal?